viernes, 14 de agosto de 2015

Los Hijos de César


 Durante la ocupación romana nuestra ciudad, entonces denominada Hispalis, logró ser uno de los centros comerciales más importantes de Hispania. La primera referencia romana de la urbe es del año 206 a.C., cuando se registró la batalla de Llipa entre romanos y cartagineses y se fundó Itálica, que a partir de entonces se convertiría en la ciudad residencial. Otra fecha que se resalta en la historia es el año 45 a.C., cuando, coincidiendo con la batalla de Munda, Julio César llega por segunda vez a Hispalis y le concede a la ciudad el titulo de “Colonia Julia Romula Hispalis”.

Pero César estuvo en la ciudad antes, aproximadamente entre los años 68 y 65 a.C., cuando era cuestor de la provincia. En este periodo se remodelaron las principales murallas y sus torreones, reemplazando la antigua empalizada. Y si bien no hay dato en contra para negar al ilustre romano la gloria de haber sido su restaurador, según el político, militar y escritor romano Aulo Hircio: “Sevilla en este tiempo estaba ya circuida de murallas, las cuales serían de sólida y hermosa fábrica por cuanto el mismo César no se decidió a vengarse de las ofensas de los lusitanos por temor de que éstos incendiaran la ciudad y destruyesen sus muros”.

 Según la leyenda César tuvo durante su estancia en la ciudad amores con una joven llamada Syoma Julia, la cual le dio dos hijos. Al primogénito César lo sacrificó para ganarse la protección de los dioses, dándole muerte y enterrando su cuerpo ensangrentado bajo el cimiento de la muralla en el Arco de la Macarena. Con ello se consideraba que la muralla y la ciudad serían invencibles. Su amada Julia, desesperada por la muerte de su primogénito, huyó del lado de César y ocultó a su segundo hijo, para lo cual cambió su nombre y su identidad. Algunas fuentes consideran que pasó a llamarse Bruto y que, cosas del destino, más tarde sería uno de los asesinos de su propio padre en Roma.


Con todo, la ciudad de Sevilla siempre ha guardado a la memoria de César un gran respeto y consideración, ya que al ampliar la muralla y engrandecer el perímetro urbano convirtió a Hispalis en la gran metrópoli del sur de la península. Muestras de ese agradecimiento son las diferentes figuras del dirigente romano que permanecen por la ciudad.

En la plaza de San Francisco está el Arquillo del Ayuntamiento (que comunica la Plaza de San Francisco con la Plaza Nueva) y a ambos lados de éste, a media altura, se ven dos hornacinas con estatuas, una de Hércules, a quien se atribuye la fundación de Sevilla y la otra es de Julio César, que restauró y amuralló la ciudad. Ambos figuran en este lugar de honor al ser considerados los Padres de la Patria Hispalense.


También hay una estatua suya en la Alameda de Hércules, sobre una de las dos columnas romanas que situó allí el Conde de Barajas en 1574.




Como podeis apreciar parece ser que Cayo Julio César, el hombre más poderoso del mundo en su tiempo, tuvo que ver con Sevilla más de lo que en un principio se podía pensar.

Detalles del Escudo de Sevilla


A continuación vamos a darle un buen repaso a cada detalle del escudo oficial de la ciudad de Sevilla. Si están interesados pasemos pues a pasar la lupa...

1.       San Fernando:

 El archiconocido Fernando III, el Santo, rey de Castilla (1199-1252). Reconquistó Sevilla y gran parte del Valle del Guadalquivir. Además de un guerrero maestro estratega (véase el asedio de Sevilla) tenía una gran fama de ser un hombre anormalmente piadoso para su época. Tanto que desde su muerte se le apodó “el Santo” no siendo su canonización hasta finales del siglo XVII.  Es el patrón además de numerosas localidades, del Arma de Ingenieros del Ejército de Tierra. Descansa para siempre en su barroca urna de plata a los pies del mejor regalo que el Rey Santo hizo a Sevilla, la Virgen de los Reyes, su patrona. Forma parte del escudo de Sevilla desde poco después de su muerte inmortalizado con el orbe del mundo en su mano izquierda, como conquistador, y su apreciada espada Lobera.

2.       San Isidoro: 

Arzobispo de Sevilla junto a su hermano Leandro con el que mantiene un eterno dialogo en el escudo de la ciudad. Fue un clérigo que vivió en la época visigótica (556-636). Proveniente de una familia hispano-romana oriunda de Cartago Nova (Cartagena) que emigró a Sevilla, es el arzobispo que más años ha estado ocupando este cargo, un total de 37 años. En una época dominada por el oscurantismo, San Isidoro se encargó de recuperar el saber de la cultura clásica perdido. De esta recopilaciones de conocimientos clásicos y orientales surgió su obra más importante, las Etimologías, que es nada menos que la primera enciclopedia conocida del mundo en el que se recogían conocimientos de todas las ramas: Biología, Historia, Gramática, Filosofía, Geografía, Literatura, Arte… Por ello es representado siempre con uno de los volúmenes de su célebre obra.

3.       San Leandro:(534-596) 

Hermano de San Isidoro y predecesor en la sede arzobispal de Sevilla. Fue el mayor de cuatro hermanos cuyo mayor récord fue que todos ellos llegaron a ser santos de la Iglesia Católica

  Leandro, Isidoro, Fulgencio y Florentina. Consiguió que los visigodos se convirtieran al catolicismo junto con su rey, Recaredo. Se ganó la confianza del monarca que incluso lo envió de emisario a Constantinopla.  Forma parte del escudo de la ciudad junto con su hermano pequeño Isidoro desde la época del rey Alfonso X, que colocó a estas dos figuras juntos a las del rey Fernando.


4.   NO-DO:

 La celebérrima leyenda que el Ayuntamiento utiliza como anagrama corporativo o como escudo simplificado, fue otorgado por el rey Alfonso X el Sabio en el año 1283 como agradecimiento a la lealtad que le profesó Sevilla. Siendo ya anciano el rey, se levantaron en armas contra él sus hijos y su propia esposa. En aquellos años la situación económica del reino era pésima y los rebeldes se abrieron paso fácilmente en casi todas las villas, salvo Sevilla, donde se había retirado el monarca que lo defendió hasta que éste falleció. Su significado como muchos sabrán quiere decir NO-(madeja)-DO, es decir Sevilla no me ha dejado. La primera representación del NO-DO como escudo de Sevilla se remonta a principios del siglo XV aunque podría haber comenzado a ser usado este emblema desde mucho antes.


Títulos de Sevilla

5.       Muy Noble: es el título más antiguo. Ya desde la época de San Fernando en los documentos oficiales se refieren a la ciudad de Sevilla como “Muy Noble”. Este calificativo fue potenciado por su hijo Alfonso X el Sabio otorgando estudios a la ciudad de latín, griego y arábigo.

6.       Muy Leal: otro título que tuvo su origen en el rey Alfonso X, el Sabio. Como hemos relatado antes en la historia del símbolo NO-DO, Sevilla se mantuvo leal al rey castellano frente a los rebeldes dirigidos por sus hijos. Desde entonces el rey Alfonso declaró en varios documentos oficiales la “gran lealtad” de Sevilla hacia su monarca. Ya en el siglo XV, el rey Juan II de Castilla recompensó a Sevilla añadiéndole el título de Muy Leal para el escudo de su ciudad en 1444. Juan II agradecía la lealtad que Sevilla le profesó ante un levantamiento militar orquestado por el Infante Don Enrique, esta rebelión no prosperó en Sevilla no pudiendo tomarla el infante.

7.       Muy Heroica: este título ya es muy posterior a los anteriores. Tenemos que avanzar hasta el siglo XIX, en la época de Fernando VII. Otorgó esta distinción a petición del ayuntamiento en agradecimiento por el esfuerzo realizado en la empresa para expulsar a las tropas napoleónicas de España. Parece curioso este título, pues irónicamente las tropas francesas entraron en Sevilla sin ninguna oposición.

8.      Invicta: fue concedido por la hija del rey mencionado en el apartado anterior, Isabel II. Entre los años 1840-1843 gobernó como regente de la reina el general Espartero que se caracterizaba por ser extremadamente autoritario. Sevilla se levantó junto a otras ciudades de España contra los abusos de Espartero. Por este motivo marchó contra Sevilla a la cual rodeó y bombardeó varios días propiciando gran número de muertos y destrozos. A pesar del feroz asedio, Sevilla resistió y el triunfo del golpe de estado contra su persona lo obligó a retirarse al Puerto de Santa María para exiliarse posteriormente. Sevilla venció en el asedio y la reina como muestra de gratitud le concedió el titulo de Invicta en agosto de 1843. 

9.       Mariana: el último título añadido fue concedido por el general Franco en 1946 a petición del ayuntamiento de Sevilla. La hermandad de San Bernardo fue la impulsora de la concesión de esta distinción que reconoce la enorme devoción de la ciudad por la Virgen María en multitud de advocaciones, muchas de ellas traspasando fronteras de la propia ciudad. Es un hecho innegable el especial culto que Sevilla le otorga a la Virgen María y que se demuestra en Semana Santa, en sus hermandades del Rocío, en las imágenes gloriosas que recorren la ciudad casi todo el año y, por supuesto, en su patrona, la Virgen de los Reyes.

Otros elementos

10.   Corona ducal: desde su creación por parte del rey Fernando VII en 1823, Sevilla es uno de los 153 títulos de ducados de España. La distinción fue concedida al infante Don Enrique de Borbón y Dos-Sicilias, primo del rey Fernando VII, y que adoptara esta denominación puede deberse a que este infante nació en el Alcázar. El actual titular del ducado de Sevilla es D. Francisco de Paula de Borbón y Escasany. Por este motivo la corona que representa el ducado se encuentra en la parte superior del escudo.

11.   Mazas: las mazas con un símbolo muy característico del poder político en España. Representan la autoridad y que quizás tuvo su origen en la Edad Media como arma de los caballeros  que defendían al rey. Posteriormente, evolucionó como un símbolo de respeto hacia las autoridades donde reside la soberanía. Son portadas por los maceros, que suelen acompañar a las autoridades en solemnidades especiales. Gozan del privilegio de disponer de cuerpo de maceros el Congreso de los Diputados, las Diputaciones, las Juntas Generales en el Pais Vasco y los Ayuntamientos de España. En Sevilla podemos contemplar a los maceros con su histórico uniforme acompañando a la corporación municipal en las procesiones del Santo Entierro, Corpus Christi, Virgen de los Reyes; los cultos del voto a la Inmaculada; funerales oficiales; actos especialmente solemnes del ayuntamiento, o en el pleno de constitución de la corporación municipal.

Calabozos en la Cárcel de la Real Fábrica de Tabacos




El edificio hoy sede de la Universidad de Sevilla fue como todos sabemos, la Real Fábrica de Tabacos. Ésta tenía su propia guardia que vigilaba entre otros delitos el contrabando, e incluso su propia cárcel, el pequeño edificio situado en el extremo derecho de la puerta del Rectorado. Los calabozos de esta cárcel son hoy despachos de profesores, pero en sus puertas podemos ver todavía las placas que marcan el número de calabozo.


Placa de Altitud del Ayuntamiento de Sevilla


Si paseas por la Plaza nueva te puedes encontrar el Ayuntamiento de Sevilla y en su fachada principal hay una Placa de Altitud.

En el último tercio del siglo XIX se crea en España la Red de Nivelación de precisión. Los trabajos de nivelación comenzaron en 1871 y discurrían por carreteras y vías del ferrocarril. Como punto principal y de referencia de estas mediciones se utilizó el nivel del mar en el puerto de Alicante.

A partir de ahí y con las mediciones hechas, se colocaron placas informativas en los edificios más importantes de las distintas ciudades españolas para conocer la altitud a la que estaban con respecto al nivel del mar en Alicante.

En 1999 se creó una nueva REDNAP (Red de Nivelación de Alta Precisión) mucho más precisa.



La placa que aparece en la fotografía está situada en la fachada principal del Ayuntamiento de Sevilla, la que da a Plaza Nueva, y en ella podemos ver a qué altitud se encuentra nuestro Ayuntamiento con respecto al nivel del mar en Alicante, 9,1 metros.


Otras placas como esta, marcando la altitud en Sevilla, podemos encontrarlas en la calle Almirante Apodaca o en la Calle San Fernando, en la Universidad de Sevilla.

(Calle Almirante Apodaca)

Cual es la Puerta más antigua de la Catedral de Sevilla


Es la entrada principal al patio de los Naranjos desde la calle Alemanes y está considerada como la más antigua de las puertas de la Catedral de Sevilla. Conocida como «del Perdón», se trata de un nombre común en algunos templos españoles aplicado a puertas singulares relacionadas con jubileos e indulgencias en peregrinaciones, aunque en este caso estos usos no están documentados y ni siquiera guardan relación con su relieve principal, obra realizada por Miguel Perrín entre 1519-1522 y que representa la Expulsión de los Mercaderes del Templo, recientemente estudiado por la profesora Laguna Paul.

Alfonso Jiménez, catedrático de la Hispalense y uno de los principales estudiosos de este histórico inmueble, señala que la primera vez que se identifica la existencia de esta puerta fue en el año 1196 cuando el emir al-muŽminin, Abu Yusuf ordenó que se ampliara la explanada de la mezquita. «La puerta tuvo inicialmente un cierto carácter militar, pues unas murallas intentaron separar la mezquita, y su recién iniciado alminar, de la ciudad, como se ha verificado en cuatro lugares; finalmente -añade-los almohades desistieron de la segregación e hicieron el patio».

No será, sin embargo, hasta 1407 cuando quede acreditado «de manera fidedigna» el nombre de esta puerta que, con el paso del tiempo, irá experimentando cambios en su fisonomía. 


Qué significa el NO8DO del escudo de Sevilla


Andando por Sevilla llama mucho la atención ver la palabra NO&DO por todos los sitios, alcantarillas, taxis, vallas publicitarias…
El rey Alfonso X el Sabio, tenía buenas virtudes, pero había arruinado al pueblo. Su propio hijo don Sancho se alzó en armas para restablecer la ley y el orden; sin usar la fuerza, fue reconocido como rey en todas las ciudades menos en Sevilla, donde su padre, el rey Alfonso X se había refugiado.

Don Sancho dejó que la ciudad siguiera fiel a Don Alfonso hasta sus últimos días sirviéndole, y Don Alfonso, como muestra de su gratitud a Sevilla, concedió al Ayuntamiento que en su escudo pusiera el lema con las sílabas NO y DO, y entre ellas una madeja.

Su lectura es: NO-MADEJA-DO, que es la expresión fonética sevillana con que se pronuncia la frase NO ME HA DEJADO, es decir, Sevilla no me ha abandonado

La Giralda salvada por Alfonso X el sabio


Al llegar los almohades a Sevilla en 1147 ordenó que se construyera una nueva mezquita mayor que las que había.
Edificada pues la gran Mezquita era necesario ponerle junto a su lado una torre de una magnitud proporcionada a la del templo. Se tuvo en consideración que el jefe religioso era de avanzada edad y no podría subir a una torre con escalones por lo que se sustituyeron por una rampa amplia para que este pudiera subir y bajar a caballo.
El arquitecto que diseño la Mezquita Sevillana fue Gerber, a quién se atribuye la invención del álgebra, palabra que deriva de su nombre, (al-gerber).


Se cuenta que cuando se iba a rendir Sevilla a San Fernando, los moros pusieron la condición de derribar la torre para no verla en manos de los cristianos, y Alfonso X el sabio dijo que por cada ladrillo que faltara el cortaba las mismas cabeza. Atemorizados respetaron a la torre

Sala de los Azulejos en los Reales Alcazares


 Cuenta la leyenda que el Rey Don Pedro I llamado el Cruel, estaba casado con Doña Blanca de Borbón, con la cual, desde su boda hasta que fuera enclaustrada, solo consumó dos días.

El monarca se enteró que Doña Blanca mantenía relaciones sexuales con su hermanastro Don Fadrique, al que mandó a llamar a los Reales Alcázares de Sevilla para, en un principio hablar con él.

Una vez allí, ambos tuvieron un enfrentamiento. Don Pedro, en un momento de rabia, de frialdad y crueldad, dió muerte a su hermanastro (teniéndose connotaciones históricas del despiadado y sangriento asesinato), al que tuvo que rematar con una daga, ya que agonizante, no terminaba de perecer.

Según cuenta la leyenda, la sangre de Don Fabrique, cayó en el suelo de mármol que, encontrándose en bruto y sin pulimentar, absorbió toda quedando manchado el suelo hasta hoy

Quienes eran las Cigarreras


El símbolo por excelencia de la Fábrica de Tabacos de Sevilla fueron las cigarreras , muchas de ellas vivían en Triana. Vivían en los corrales de vecinos y para llegar a la Fábrica de Tabacos y no dar la vuelta por el puente de Triana, cruzaban el río en barca desde el llamado “Embarcadero de las Cigarreras”.



A principios del siglo XIX se puso de moda el consumo del “tabaco de humo” en vez del rapé por lo que la divulgación del cigarrillo hace que se necesite mucha mano de obra.
 Inicialmente se contrataron hombres, pero luego se emplearon mujeres ya que trabajaban igual y se les pagaba menos. 

Los menores costos unido a los buenos resultados del trabajo femenino, hizo que se contratasen, por primera vez en Sevilla, mujeres para la fabricación de cigarros. Esta mano de obra llegó hacia finales de siglo a más de 5.000 operarias.

Este personal femenino (inusual para la época por la poca industria que había en la zona), sus circunstancias y su comportamiento hacen que se cree en torno a ellas un mito tópico cubierto de folclore, cuya máxima expresión se recoge en la ópera Carmen.

De pronto había mujeres, que ganaban su dinerito y del que podían disponer. No tenían que depender de un hombre, ni llegado el caso, conformarse con cualquiera. Esto era nuevo.

Esta situación y el cambio que estaba generando debió molestar a cierto sector social, más si cabe cuando llegado un punto ellas adquirieron conciencia de grupo y llegaron a ser un grupo de presión importante (cuando se pusieron en huelga) obligando al poder político del momento a tener en cuenta sus reclamaciones .
 De modo que entre unas cosas y otras, creció  en torno a ellas una leyenda o fama de mujeres de dudosa reputación.



Santa Ana y su Velá


 La Velá de Santa Ana tiene su origen en la romería que tenía lugar en la Parroquia de Santa Ana desde finales del siglo XIII en honor a la patrona del barrio y que tenía antiguamente como acontecimiento central la procesión. El culto a la Santísima Patrona de Triana Nuestra Señora de Santa Ana según el rito ancestral castellano, consistía en sacar a la imagen alrededor del templo, siendo velada toda la noche.

De modo que fueron los cultos religiosos el motivo de esta costumbre que ha dado orígenes a la Velá y que actualmente se mantienen.

 El culto a la Señora Santa se remonta a la época de Alfonso X, “El Sabio”, cuando al padecer el Rey una grave enfermedad en los ojos, acudió a los remedios divinos intercediendo a la Señora, prometiendo que si le devolvía la salud le erigiría un templo en su nombre como así fue. 
 La veneración y devoción a la Señora Santa Ana alcanzó tal esplendor que desde el Aljarafe venían a postrarse ante la Ella.
 Santa Ana es Patrona de las Almas Piadosas, Protectora de las mujeres que no pueden tener hijos y de las abuelas.


Todas estas manifestaciones religiosas dieron origen a que los vecinos festejaran con jolgorio el día de la Santa, siendo velada desde las doce horas del día de Santiago hasta el atardecer del día de su onomástica.


Esta fiesta familiar, en un principio alrededor del Templo, fue alcanzando fama, ya que venían vecinos de toda Sevilla y llegando su popularidad hasta hoy.

jueves, 13 de agosto de 2015

La magia de el Costurero de la Reina


El Costurero de la Reina es uno de los edificios más singulares de Sevilla y tiene el don de generar preguntas en la mente de todos los que lo contemplan por vez primera. Más de uno, sorprendido por su ubicación y su estilo arquitectónico, seguro que se habrá cuestionado cómo ha llegado hasta allí, pues a simple vista parece extraído de una historia caballeresca o de un cuento de hadas, dando la sensación de que se hubiera teletransportado desde la época medieval hasta nuestros tiempos sin sufrir desperfectos. Pero no, este edificio no es tan antiguo.
                                                     
Fue un encargo del Duque de Montpensier al arquitecto Juan Talavera, quien consiguió terminarlo allá por el año 1893. En aquel momento estaba muy de moda en Europa imitar estilos arquitectónicos anteriores como el románico, el gótico o el mudéjar, y el Costurero de la Reina, ese coqueto y  minúsculo castillo coronado por llamativas almenas y pintado con franjas horizontales de tonalidades crudas y rojizas que está situado en la Glorieta de los Marineros Voluntarios, es un buen ejemplo de ello.


Costurero de la Reina. Sevilla¿Pero por qué se llama así? En realidad, su nombre oficial es el de Pabellón de San Telmo, pero todo el mundo lo conoce por el Costurero de la Reina gracias a la leyenda, que asegura que la Reina María de las Mercedes, debido a su delicado estado de salud, acudía a este lugar para tomar el sol, coser durante horas junto a sus damas y leer las cartas de su amado Alfonso XII. Sin embargo, este relato no está ni mucho menos documentado, ya que la Reina murió de tifus a temprana edad unos quince años antes de que construyese este pequeño palacio, que hoy se utiliza como Oficina de Turismo. Por tanto, todo hace indicar que esta versión novelesca fue fruto de la imaginación de sus coetáneos. Pese a todo, en la ciudad se sigue transmitiendo de generación en generación, quizás porque el edificio en sí mismo evoca más a la fantasía que a la realidad.



La Virgen del Pilar,patrona de Sevilla


Muchos piensan que la patrona de Sevilla es la Virgen de la Hiniesta, y otros  que es la Virgen de los Reyes. Por los años 40, unos siete años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, salió de Roma el Apóstol Santiago, quien ya habia recorrido Palestina, Tiro, Sidón, Grecia e Italia, predicando el Evangelio. Desde Roma se dirigió a España, la más importante y rica región de la Bética, embarcó para Sevilla, a donde llegó e inició su evangelización.Reunió un pequeño grupo de prosélitos, a los que bautizó. Nombró por jefe y Obispo a un hombre honesto y misericordioso, a quien por su piedad bautizó con el nombre de Pio.


Este Pio era de profesión escultor, y había nacido en Massia, un puertecillo de pescadores en la orilla del rio, entre los pueblos que hoy llamamos Puebla del Rio y Coria del Rio. Este hombre era buen artista y se ganaba bien la vida haciendo esculturas para el adorno de los suntuosos edificios que se construian en Hispalis o Sevilla, y en su vecina Itálica. Seguramente si se estudian las firmas o marcas de las esculturas romanas que hay en los museos de Itálica y Sevilla, podrá hallarse en alguna de ellas la firma de Pio, escultor y primer Obispo de Sevilla.

La Cucaña


Durante la Velá de Santa Ana, fiesta popular que se celebra en el mes de julio en la orilla derecha del Guadalquivir, la orilla del Triana, los trianeros, ahora repartidos por los nuevos arrabales, vuelven a su antiguo barrio para mostrar su naturaleza nunca perdida , engalanando al río y ocupando su orilla con las casetas donde se asan sardinas, se comen avellanas verdes, se bebe vino o cerveza, se canta, se baila… En las tardes, cuando el calor de la ciudad parece que comienza a diluirse en su propio sofoco, las aguas del río son tomadas por decenas de jóvenes que se refrescan y comienzan a organizarse para participar en “La Cucaña”.La Cucaña es un antiguo juego-concurso que ha persistido hasta nuestros días y en la que participan los jóvenes trianeros demostrando sus habilidades sobre un poste encerado en cuyo final se  coloca una bandera que es necesaria coger para llevarse el premio.

Cucaña quiere decir  palo ensebado, es un juego consistente en escalar, trepar, marinear sólo con la ayuda de brazos y piernas por un poste vertical u horizontal de aproximadamente 5 metros, que suele estar alisado o embadurnado con alguna sustancia resbaladiza, hasta atrapar el premio, el poste se coloca horizontalmente sobre la proa de una barcaza en el río y los participantes deben caminar sobre el poste evitando caer al agua, hasta alcanzar el premio



La Calle del Duende


Al terminar la guerra  entre Inglaterra y Francia, que se libró en España y a la cuál llamamos " Guerra de la Independencia", al avanzar los ingleses y tropas españolas por Triana, expulsando a los franceses y a las tropas españolas afrancesadas hacia Alcalá de Guadaira, se produjo un encuentro en un terreno comprendido entre el hospital de la Cruz Roja de Triana y la Cava, hoy llamada Pagés del Corro, en unas huertas que en aquel entonces se llamaban " El Matillo alto". En uno de aquellos callejones de las huertas quedó muerto un oficial francés. Pasado un tiempo, ya terminada la guerra, se comenzó a edificar aquella zona formándose una calle. Los primeros vecinos observaban que a determinadas horas salía un hombre, recorría la calle y volvía a entrar en la casa de dónde saliera. Pronto los vecinos empezaron a manifestar su temor deduciendo que por las noches salía el espíritu de aquel oficial francés que murió en el último combate. Los vecinos acudieron al convento de San Jacinto para pedir a los frailes que hicieran algo para que aquella ánima en pena abandonase el lugar. Pero los exorcismos, procesiones, etc, no sirvieron de nada pues los vecinos seguían encontrando al "fantasma" muchas noches. Por este motivo aquella calle nueva recibió el nombre de Calle del Duende.



Pasados los años volvió a  aparecer el "fantasma" del oficial francés, que no había muerto, y que, recogido por una caritativa joven , había vivido oculto en la casa, dónde tuvo varios hijos con su protectora. Se casaron y ya el francés pudo hacer vida normal, pudiendo salir de día y no de noche.La calle siguió llamándose así hasta 1890, ahora se llama Ruiseñor, y es la primera que encontramos a la izquierda pasando Pagés del Corro.

La Partida de Ajedrez más decisiva



Año 1087. Las tropas de Alfonso VI, rey de Castilla y de León, se dirigen hacia las puertas de la Sevilla mora. Son mayores en número y todo hace indicar que el cerco dará sus frutos tarde o temprano. Mientras tanto, en el interior de la ciudad, Al Mu’tamid piensa en una manera inteligente de deshacerse de sus enemigos. Llegados a este punto, la leyenda va en una dirección y los hechos documentados, en otra. El relato fantástico asegura que al rey Taifa de Sevilla se le ocurrió desafiar al monarca cristiano de una manera un tanto peculiar: mediante una partida de ajedrez que decidiría el destino de la capital hispalense.

Cabe reseñar que el ajedrez es la evolución de un juego de mesa que se practicaba en la India (conocido como ‘chaturanga’), y llegó a occidente gracias a los musulmanes. Simbolizaba un campo de batalla y los generales practicaban en el tablero sus estrategias militares. Consciente de que este divertimento no era su fuerte, Al Mu’tamid pidió a su protegido, Ibn Ammar, que le representara en la partida. Fue una sabia decisión, ya que tras un intenso duelo mental, su discípulo proclamó el jaque mate. Alfonso VI respetó el pacto, retiró su ejército y se llevó el tablero y las piezas de ébano y sándalo como amargo recuerdo de su derrota.

Existe otra leyenda muy similar que trata de explicar el mismo episodio histórico. Según esta versión de los hechos, Al Mu’tamid, previendo que no tendría ninguna opción contra las hordas castellanas, mandó una delegación encabezada por su consejero Abenamar para negociar con Alfonso VI y evitar el derramamiento de sangre. Ambos conversaron en una tienda de campaña a la altura de Sierra Morena, donde el musulmán averiguó que a su anfitrión le apasionaba el ajedrez. Así las cosas, le retó a una partida en la que estarían en juego granos de arroz: dos por la primera casilla del tablero, cuatro por la segunda, dieciséis por la tercera y así sucesivamente. Abenamar no sólo demostró ser mejor jugador, sino también más avezado en las matemáticas, ya que cuando su oponente hizo los cálculos de su derrota llegó a la conclusión de que no había tanto arroz en Castilla para pagar su deuda. Por ello, como compensación, renunció a Sevilla.



Evidentemente, la realidad de aquel ataque frustrado es bien diferente y todo apunta a que Al’Mutamid sólo consiguió espantar a Alfonso VI mediante un exorbitante tributo.

Las Campanas salvadoras de San Lorenzo


Allá por el año 1868 vivía en Sevilla un albañil llamado Esteban Pérez. Más que por la calidad de sus trabajos, era conocido por realizarlos a cualquier hora del día y en cualquier fecha del año, de ahí que siempre estuviera disponible. Por esta misma razón, una fría noche de invierno, cuando ya estaba sumido en el más profundo sueño, llamó a su puerta un misterioso hombre ataviado con una chistera y una capa oscura. Le habló de un encargo tan urgente como sencillo que le reportaría pingües, pero con una condición peculiar: sería llevado al lugar con los ojos vendados y regresaría a su hogar de la misma manera.      

Esteban rechazó, pero al ver una pistola apuntando a su pecho cambió de opinión y subió al coche de caballos. Después de varias horas a ciegas, intentando imaginar por qué calles transitaba, fue ‘liberado’ en el interior de una vivienda y lo primero que vio fue una mujer amordazada. El cliente le explicó que su misión consistía en levantar un tabique para que la habitación en la que se encontraba su rehén quedara sellada y el albañil no tuvo más remedio que complacerle. Una vez terminada su tarea, Esteban fue devuelto a su domicilio, situado en la calle Marqués de la Mina, donde recibió nuevas coacciones para que no contara nada de lo sucedido.

Sin embargo, no pudo aparcar la idea de que podría estar colaborando en la muerte de una persona, por lo que hizo de tripas corazón y acudió al juez de guardia, que aquel día era Pedro León de Guevara. La única pista que pudo ofrecerle era que había escuchado unas campanas que marcaban los cuartos y tras consultar al maestro relojero de la ciudad, llegaron a la conclusión de que no habían salido de la ciudad. Entonces hicieron sonar una tras otra todas las campanas de Sevilla y para sorpresa de Esteban, identificó las de parroquia de San Lorenzo, es decir, las más cercanas a su casa. Gracias a ello, los investigadores redujeron el perímetro y pudieron encontrar con vida a la joven emparedada y detener al secuestrador. Éste, según algunas fuentes, era su propio marido; aunque otros testimonios aseguraron que se trataba de un cubano que había amasado una fortuna con falsas acusaciones y chantajes.

Quienes son los ilustres sevillanos ubicados en el Palacio de San Telmo


La galería de los doce sevillanos ilustres es un conjunto de doce esculturas ubicado en el Palacio de San Telmo de la ciudad de Sevilla.

Antonio de Orleans, duque de Montpensier y dueño entonces del palacio, encargó al escultor Antonio Susillo el grupo de doce esculturas, que realizó en 1895. Las esculturas se disponen sobre la balaustrada de la puerta de coches del palacio, coronando la fachada de la calle Palos de la Frontera, en dirección al Hotel Alfonso XIII.



Las esculturas representan a doce personalidades, nueve de ellas nacidas en la ciudad, mientras que las otras tres restantes vivieron y murieron en ella. Estas personas fueron:
Estatua de Bartolomé Esteban Murillo

Estatua de Bartolomé de las Casas

Estatua de Ponce de León



Estatua de Benito Arias Montano
Estatua de Daoiz


Estatua de Miguel de Mañara
Estatua de Velázquez

Juan Martínez Montañés

Lope de Rueda 

Diego Ortiz de Zúñiga
Fernando de Herrera
Fernando Afán de Ribera y Téllez-Girón 













Curiosidades de los Puentes de Sevilla


Sevilla reúne una buena nómina de curiosidades y polémicas en torno a los puentes que conectan las orillas del Guadalquivir. 



Y todo empezó con el Puente de Barcas, localizado en donde se asienta el actual puente de Isabel II. El califa almohade Yusuf mandó construir en el año 1171 una pasarela sustentada sobre once barcazas de madera. En 1248, el almirante Bonifaz rompió a embestidas, con una embarcación reforzada en su proa, las cadenas que unían las barcas a los malecones para iniciar la reconquista de Sevilla. 

La escena todavía pervive en el escudo de Cantabria, de donde venía la tripulación. Tras la expulsión de los musulmanes, el puente fue remozado y siguió dando servicio hasta que fue sustituido por el de Isabel II.

El puente de Barcas, fotografiado por el Vizconde de Vigier en 1851, cuando acababa de ser desplazado de su luga primitivo debido a la construcción del Puente de Isabel II.

El puente de Triana tiene entre sus curiosidades el haber causado el pánico en la Madrugá del año 1974 al paso de la Esperanza de Triana. Una fuerte vibración asustó al público presente y provocó el cierre al tráfico. Las recurrentes dudas sobre la seguridad de esta estructura de hierro construida en el año 1845 e inaugurada siete años después hizo pender sobre él la sombra de su desaparición. El Ministerio de Obras Públicas quería derribarlo, mientras que una notable parte de la sociedad civil sevillana reclamaba su conservación. Una reforma del tablero y la consolidación de sus pilas resolvieron las cuestiones y el puente sigue viendo pasar las aguas del Guadalquivir bajo su ojos, inspirados en el puente del Carrousel de París. Se dice que la similitud fue tal que el Ayuntamiento tuvo que pagar un canon por la patente. La reforma del tablero le quitó el carácter estructural a los arcos.



Aguas arriba, el Puente del Cristo de la Expiración, vulgo del Cachorro, tiene varios apodos entre los que destaca el apelativo de «el de los leperos», por haberse construido el puente antes de que por él pasase el río. Para explicar esta cuestión hay que remontarse al año 1992, en el marco de la Exposición Universal de Sevilla. Las aguas del Guadalquivir no bañaban la orilla de La Cartuja y el río debía jugar un papel imprescindible en la muestra sevillana. Para ello, se hizo ampliar el cauce del río hasta San Jerónimo y, para solventar los problemas de movilidad que dicha decisión iba acarrear sobre el tráfico de la zona se decidió construir un puente a la altura de Chapina. El puente se construyó sobre el cauce cuando todavía no se había retirado el tapón de tierra que impedía el paso del agua. En 1991 se ejecuta el desaterramiento de esta zona.

La Expo 92 supuso para la ciudad un punto de inflexión en cuanto a la dotación de infraestructura se refiere. Al puente del Cachorro se le sumaron varios más: el de la Barqueta, el del Alamillo y la pasarela de La Cartuja, que figura en el libro Guiness de los récord por ser el puente más esbelto, en relación entre canto y luz, del mundo. La viga se basta de sus tres metros de canto en su centro-luz para aguantar  los 235 metros de longitud. Una hazaña ingenieril difícil de batir.

 Hablar de arquitectura y de puentes lleva a pensar en el controvertido Santiago Calatrava, que en Sevilla proyectó el puente del Alamillo en los albores del 92. En este caso hay curiosidad y polémica. Por un lado, fue el primer puente atirantado de pilón contrapeso que no tiene tirantes de retenida; por otro, su altura superó a la Giralda, lo que generó las críticas entre un sector de la ciudad. El del Alamillo iba a acompañado de otro puente gemelo al otro lado de la isla de la Cartuja pero el presupuesto, que sufrió un notable incremento, dio al traste con la idea. El MOPU recortó el gemelo. Se había proyectado un láser que fuera como el telón de fondo de la Expo.



El puente de la Barqueta, que toma el nombre de la puerta de la Barqueta, uno de los principales accesos a la Sevilla amurallada, está considerado en puente de la Expo 92. La curiosidad de este puente gira en torno a su construcción, que se llevó a cabo en tierra y que posteriormente fue colocado gracias a la tracción de unas barcas. Esta tecnología solo se había utilizado una vez antes en el mundo, y también fue en Sevilla, con la anteriormente reseñada pasarela de la Cartuja.



Para finalizar, el ,puente del Centenario el mayor de cuantos cruzan el Guadalquivir. Erróneamente se llama del V Centenario en recuerdo del descubrimiento de América, si bien, recibe su verdadero nombre del muelle del centenario que conmemora los cien años de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla de 1972. Tiene una altura máxima de 45 metros sobre el río, la justa para que pudiese atravesarlo el Juan Sebastián Encano con su velamen desplegado, y sus dos pilares soportan las tensiones de los tirantes. La estrechez de sus seis carriles, que convergen en cinco en su punto de máxima altura, se debe a un mal diseño que contemplaba solo cuatro carriles iniciales y dos arcenes. Un informe desfavorable sobre la evolución del tráfico en la ciudad hizo modificar el proyecto inicialmente previsto. Cuando el MOPU alertó sobre su ‘caducidad’ ya era demasiado tarde para enmendar el proyecto, que ya estaba en ejecución. Los pilones ya estaban cimentados y fue imposible ampliar el tablero. Sus ocho radares ponen en torno al 15 por ciento de las multas de toda la provincia.