Por aquel entonces, la ciudad no contaba más que con el viejo y remodelado (1977) Puente de Triana, el de San Telmo, el Generalísimo/Los Remedios y el levadizo de Alfonso XIII. El nuevo viaducto se sumaría con los otros cinco que se tenían previstos sobre la Dársena. Nuestro personaje tomará como referencia el Puente de Alejandro III de París. Éste se halla ante los Inválidos y fue construido para la Exposición Universal de 1900: un paralelismo estético/histórico.
Las obras dieron su pistoletazo de salida con la prefabricación de los primeros elementos metálicos en agosto de 1989. El puente se puso en servicio el 17 de octubre de 1991. El arquitecto fue el trianero José Luis Manzanares Japón. Su coste ascendió a un total de 2.000.000.000 de pesetas, que convertido en euros serían 12.020.242,09 millones
En una visita que hizo el articulista del ABC de Sevilla Antonio Burgos a la obra, nació el popular nombre del puente. Él lo publicó en el periódico, el nombre hizo fortuna y pasó a ser oficialmente conocido como "El Cachorro".
Que el puente fuera inaugurado antes que el cauce del río, fue objeto para que Los Morancos popularizaran un chiste:
"El puente de los Leperos, que primero hicieron la estructura y después le fabricaron el río.""
Posteriormente, la jerga popular lo ha conocido también como el puente de los "tolditos" o "toldos" y el de "Chapina". Su nombre oficial sigue siendo "Cristo de la Expiración" por su cercanía a la capilla del Patrocinio, morada del Cristo del Cachorro.
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